Hace algunos años no comprendía la importancia del concepto.
Después, transformó mi forma de pensar, paradigmas y mi desempeño en las industrias donde he colaborado.
Una de ellas dentro del sector de la construcción. La primera actividad que instruyó el dueño de la viviendera fue viajar a todas las plazas donde tenía presencia la constructora.
Parecía un mal chiste pues nadie nos informó cómo llegar a los desarrollos habitacionales. Solo nos entregaron las llaves de la camioneta, vales de gasolina, bendiciones y su buena vibra.
La herramienta «San Google» siempre es un buen amigo en situaciones de S.O.S.
Y así, nos trasladamos los jóvenes «novatos» por tierra con destino a diferentes ciudades de los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Puebla.
Allí, se construían zonas habitacionales de 1,500 o hasta 3,000 viviendas.
Precisamente, aquella experiencia permitió que conociera a nivel de cancha los cómo, por qué y para qué del negocio.
La cereza del viaje se encontraba en la oportunidad de hacer networking con el personal de recién ingreso. También con los compañeros y directivos que se encontraban a cientos de kilómetros de las oficinas centrales.
La segunda gran oportunidad fue en la industria cervecera. Mi actual fuente de empleo desde hace 5 años. Déjame contarte cómo sucedió.
En la primera semana laboral mi jefe me informó que era muy importante que conociera la esencia del negocio.
Inmediatamente después pensé que se trataba de «catar» la mayor cantidad posible de marcas de nuestro portafolio. Evidentemente, no fue así.
Mas bien, se trataba de «visitar al mercado». Extrañado, y hasta un tanto preocupado por no saber exactamente a qué se refería, comencé a especular. Luego, todo tuvo sentido.
Recorrí gran parte de la ciudad de Puebla y Tlaxcala con mis compañeros de reparto. Sí, efectivamente, arriba de un camioncito «chelero».
En ruta aprendí la importancia de un pedido, canales de venta, tiempos de entrega, precios, cobranza, carga y descarga del producto e inclusive atención al cliente en campo.
Qué decir de la seguridad como uno de los pilares más importantes del negocio.
Posteriormente, estuve en ruta con mis compañeros del área ventas. Donde aprendí acerca de promociones, ejecución, mezcla de producto, tipos de envase, merma, servido perfecto e inclusive hacks de negociación que a la fecha continuo implementando.
Al cierre de esa semana, confirmé que la verdadera esencia de los negocios se encuentra con nuestra gente y con nuestros clientes.
Dos sectores económicos con algunas similitudes y diferencias abísmales.
Comprendí que el objetivo final de mis mentores era influir en mi comportamiento.
De cierta forma provocar la reflexión y despertar la curiosidad por descubrir más del nuevo mundo al que estaba incorporándome.
La cultura de una empresa es la expresión de los valores de los individuos que la conforman
Anónimo